Acerca del proyecto:
Un día el destino quiso que Cristina Outón y Marien Otero colaborásemos para unir diseño, creatividad y artesanía.
Tras varios encuentros en los que compartimos intereses personales, artísticos y posibles creaciones de productos, nos dimos cuenta que nos unía el amor por la naturaleza, sus ciclos vitales, los procesos creativos y el auto-cuidado, tan importantes para la vida.
Decidimos crear un producto cerámico que reflejara estos aspectos y pudiese ser empleado en meditaciones, rituales de crecimiento personal, momentos de relax… como un auto-regalo para estar en el momento presente.
El concepto clave para expresar nuestra idea fue: "la naturaleza y sus 4 elementos: tierra, agua, aire y fuego". Todos ellos necesarios para la elaboración de una pieza cerámica.
El diseño iba en consonancia, un círculo en forma de rueda que se adptaba a los ciclos vitales. Comenzamos a buscar materiales orgánicos que pudiesen recrear, por medio de texturas, cada elemento de la naturaleza en la propia pieza.
Anduvimos parques y playas para recopilar plantas y conchas que nos ayudasen a hacer visible: aire, fuego, tierra y aire.
Probamos estas muestras en diferentes arcillas. Algunas texturas eran más visuales y reconocibles, sin embargo otras no. Nos resultó muy complejo representar el aire y el fuego.
Tras varios días de investigación comenzamos a hacer pruebas de esmaltes y óxidos colorantes cerámicos. Anotábamos cada gramo, cada detalle, para que luego, una vez analizado el resultado supiésemos qué cantidad emplear para la pieza final.
A la par realizábamos varios moldes de escayola (con y sin texturas) para agilizar el proceso de creación de las piezas.
Verdes, azules, amarillos y naranjas tiñeron nuestros sentidos hasta dar con la pieza final: una rueda de la vida para meditar y estar en el momento presente. Creada con arcilla blanca, oxido verde y esmalte traslúcido.
Además creamos una pieza secundaria con barro rojo y esmalte turquesa que evocase al mar.